lunes, 27 de abril de 2009

La gripe porcina

Vivimos en una sociedad hipocondríaca. Ahora resulta que han muerto 149 personas en Méjico a consecuencia de la gripe porcina. Dicha enfermedad se caracteriza por fiebre alta, tos, malestar general y dolor muscular. Vamos, lo que viene siendo una gripe. Y han cerrado los colegios en Méjico, y dan la misa por la radio, y el ejército distribuye mascarillas de papel por las calles. Ha cundido el pánico generalizado con el inestimable impulso del Gobierno mariachi.

Tenemos a media Europa alarmada porque un individuo de Irlanda y un paisano de Almansa tienen fiebre. Supongo que a estas alturas alguna lumbrera empezará a recomendar que no se viaje a Méjico y que se pongan en cuarentena los que hayan viajado allí. Que dejemos de comer fajitas, y recomienden a nuestras señoras ni usarlas, que vayan con los michelines al aire. Que ni se nos ocurra comer burritos, y que para subir por las Alpujarras usemos la bicicleta, que los burritos están en cuarentena. Que no bebamos Coronita, ni ninguna otra cerveza con rodajita de limón. Que no tomemos tequila, ni escuchemos a Chavela Vargas; que tiremos al contenedor de bioinfecciosos sus cedés o sus casetes, y lo de todo lo que suene a gringo.

Y los cerdos, esos sí que van a a salir ganando, porque vamos a tener que hacer las matanzas con lagartijas. No tardarán en caer en picado las ventas en los hiper mercados, gracias a que nuestra flamante nueva Ministra de Sanidad ya ha dejado muy claro que "en principio" no hay relación entre su consumo (el del cerdo) y la gripe porcina.
.
Gastarán centenares de millones de euros nuestras autoridades sanitarias europeas en recomendarnos todo tipo de chorradas precautorias, eso sí, dejándonos muy claro que sin que cunda el pánico y sin que haya por qué alarmarse. Lo cual siempre tiene un curioso efecto contraproducente por el que la gente se alarma en proporción exponencialmente contraria de lo que las autoridades dicen que en principio no hay por qué alarmarse.

Ya tenemos experiencia con el síndrome de las vacas locas o con la gripe aviar. Esta Semana Santa murieron en las carreteras españolas, en una sola semana, más de lo que va morir en todo el mundo la gente a consecuencia de la gripe aviar, la del marrano, y las vacas locas juntas. Y en África mueren de cólera en un sólo día más de lo que van a morir en todo el mundo todo el tiempo que dure esta memez de la gripe porcina.

La crisis económica mundial comenzó en España la semana en que se pusieron de huelga los transportistas gracias a que el gobierno nos dijo que en principio no había por qué preocuparse. Quedaron desabastecidos nuestros supermercados. Hay gente que todavía tiene en su despensa kilos y kilos de azúcar a punto de caducar, por la hipocondría de esta sociedad global que se pone la venda antes del coscorrón y que se suena los mocos si en las antípodas a un gringo le entra la gripe.

Y es que todo el mundo sabe que la gripe dura una semana si tomas medicinas, y siete días si no las tomas.

Así que cuídense, no coman gorrinos, no se relacionen con mejicanos y sobre todo no olviden que la vida es una enfermedad de transmisión sexual.

sábado, 18 de abril de 2009

Carta abierta al señor Quintás

El presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), Juan Ramon Quintás, ha propuesto que las cajas limiten sus recursos destinados a obra social y dediquen "el máximo" a capitalizarse. Opinó que esta medida sería la mejor para permitir al sector salir de la crisis.
Tras la asamblea anual de la CECA, celebrada el día 15 de abril de 2009, Quintás afirmó que estos años "deberíamos destinar todos los recursos a capitalizar al máximo, y reducir la obra social".
______________________________________________


Muy señor mío:

Me dirijo a usted tras haber leído en prensa que aconseja reducir sensiblemente las aportaciones para obra social de las cajas de ahorro, con la finalidad de destinar íntegramente sus beneficios a recapitalizarse.

Teniendo en cuenta que dos de cada tres euros que son debidos a las cajas de ahorro lo son como consecuencia directa de la situación a la que les han abocado los préstamos incontrolados a promotores y constructores inmobiliarios, ello supone sin lugar a discusión, que la financiación para tapar el agujero que les han generado a ustedes los promotores se va a sufragar a medio plazo con el dinero que se les quita ahora a las ONG,s. De modo y manera que van a ser las entidades benéficas que hasta ahora daban de comer a los pobres, quienes van a pagar los viajes de placer a paraísos fiscales de los más ricos.

Y uno que tiene la desgracia de pertenecer a la Región de Murcia, va a tener que ver con sus propios ojos como el despilfarro económico que han llevado años atrás los opulentos promotores inmobiliarios lo van a pagar nuestros mendigos, nuestros ancianos sin recursos o nuestros museos, por poner un ejemplo. Con un par.

Las Cajas de Ahorro o Montes de Piedad tienen su razón de ser, y sus beneficios fiscales, sobre la base de la obligatoriedad legal de destinar sus beneficios a obra social. Hasta la fecha cientos de proyectos sociales se pueden llevar a cabo gracias a la ayuda inestimable de las cajas de ahorro. Lo que usted propone, Sr. Quintás, no sólo es presuntamente ilegal a mi manera de ver, sino también inmoral. Es un sinsentido que desnaturaliza a las cajas de ahorro, convirtiéndolas en entidades bancarias al uso.
.
A la sociedad española le hubiese gustado oír que las cajas se van a solidarizar en estos tiempos de crisis con su obra social, que van a adoptar medidas imaginativas antes de que los pobres sean más pobres a costa de unos ricos más ricos. Que van, por ejemplo, a optimizar sus recursos, o a bajar el número o el sueldo de sus consejeros, para dar ejemplo. Pero no, es mucho más fácil que pague el más débil, mientras usted sigue cobrando lo mismo.
.
Le pido, Sr. Quintás, que recapacite antes de recomendar a las cajas de ahorro este despropósito.
.
Dios guarde a usted muchos años, Sr. Quintás.

lunes, 13 de abril de 2009

El deporte y la vida

Creo que el deporte no marca a las personas, somos las personas las que nos clasificamos por deportes. Me explico: mis amigos más individualistas se meten en el gimnasio casi a diario. Son personas que trabajan solas y han alcanzado su éxito personal a base de constancia individual, de esfuerzo machacante en solitario. Así que luego cogen las pesas que les da la vida y las levantan sin miramientos, siendo conscientes de dónde pueden llegar ellos solos.
.
Yo soy pluri deportista. Practico, por este orden de prelación el pádel, el fútbol sala y la bicicleta de montaña. Lo que viene a suponer que no practico ninguno como debería. Hago menos deporte del que me gustaría y el cien por cien más del que le gustaría a mi contraria. De manera que juego al pádel los sábados, al fútbol sala los martes y debería coger la bicicleta los domingos.
.
Me siento más cómodo practicando deportes de equipo. Dan mucho más juego y son infinitamente más divertidos. Por muy bueno que seas no eres nadie si no te apoya el compañero y tu éxito o tu fracaso es el de todo el equipo y no depende de ti sólo. A tu compañero lo conoces de verdad cuando fallas: al que te grita, al que te apoya, al que se esconde, al que te anima, al que te ignora. Como la vida misma. Y ves al que le gusta ganar a toda costa, aunque sea con trampas y al que juega sólo por divertirse. Y al que acapara el juego para él solo y no la pasa, y al que le da miedo tirar a portería. A mi no me importa perder o ganar, me parece más importante disfrutar mientras estoy jugando.
.
El otro día en un vestuario recibí una hermosa lección en forma de leyenda, pegada con papel celo junto a la puerta de salida a la pista: "no es mejor el que no pierde nunca, sino el que tiene fuerza para levantarse después de una derrota".
.
La bicicleta de montaña es una especie intermedia entre una cosa y otra. Entre lo individual y lo colectivo, según cada cual. En una sesión de mañana puedes llegar a conocer a tus compañeros de peripecias como si los conocieras de toda la vida: ves quien espera a quien, a quien le gusta ir hablando, quien prefiere aislarse con sus auriculares, quien es constante y quien es esprínter, quien lleva el culote a juego con la camiseta, quien se compra la bici más cara para luego no usarla o no darle golpes en la montaña, quien madruga y quienes llegamos con los ojos pegados en legañas.
.
Porque te voy a decir una cosa, después de una semana de aupa, a ver quien es el guapo que le echa reaños a la vida para no parar ni en domingo.

domingo, 5 de abril de 2009

De la foto de allí arriba.

La foto de allí arriba está tomada en el corazón del África Negra, y la persona que llora de rodillas soy yo, un cooperante internacional a tiempo parcial.

Mi pequeña experiencia como cooperante comenzó en enero de 2009. La Fundación Tienda Asilo de S. Pedro desarrolla en Burkina Faso, uno de los países más pobres del mundo, un magnífico programa de asistencia a personas afectadas por el SIDA, de los cuales un número muy significativo son niños. Y uno, que tiene el espíritu inquieto, muchas ganas de hacer cosas que merezcan la pena, y la vida hipotecada por causas de fuerza menor (de 5 y 8 años respectivamente) hizo la mochila y se plantó en África.

Las gentes de Burkina Faso son nobles. Es un país con escasísimos recursos naturales en el que sus habitantes tienen por toda riqueza la ropa que llevan puesta. De manera que nadie se mete con nadie, y viven su extrema pobreza con una dignidad humana sobrecogedora. Aquí uno comprende a la perfección que no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita.

La capital del país es una especie de barrio marginal en el que habitan miles de personas. Eso sí, sin drogas; allí no saben lo que son ni se las espera, afortunadamente. Subsisten con una curiosa economía de trueque, en la que se aprovecha hasta el pedazo de plástico más insignificante. Me encantaría enseñaros mis sandalias hechas con un neumático reciclado, son fascinantes.

Fuera de la capital es donde se disfruta de verdad del África negra. La población se agrupa en aldeas, en las que viven grupos familiares de unas decenas de personas, en unas chozas de barro y cañas que a las turistas sociales les hacen mucha gracia. Me sorprendió la relativa limpieza y la ausencia de mal olor incluso en aquellas en las que vive sola una persona enferma.

Los niños, como en todas partes del mundo, juegan a imitar a sus adultos, de manera que no rivalizan, no se pelean y no gritan. Son felices echados a la sombra, aventando el mijo, pastoreando el ganado, o con un cacharrito para el porte sobre la cabeza.

Y allí trabaja la persona más entregada a una causa que conozco: Suzanne. Dando su vida por ayudar a sus enfermos y a los niños y huérfanos afectados por el SIDA o vulnerables. Maximizando hasta extremos infinitos los recursos que podemos mandarle desde este rinconcito del Levante español. Allí habitará por siempre una parte de mi alma, y allí es donde espero impaciente tener la oportunidad de volver algún día.